Por Andrea
Donoso
Periodista y
Comunicadora Social
y
Omar Andrango
Comunicador
Social
“Cantar es orar dos veces”,
según las hermanas carmelitas descalzas. De rodillas, de pie o en señal de
alabanza, ellas consideran que no existe mejor conexión y señal de agradecimiento
que la oración melódica. Por esta razón, la música y el canto coral tienen un
espacio importante en medio del estricto aislamiento que por siglos han
mantenido las habitantes del Monasterio del Carmen Alto de San José y Santa
Mariana de Jesús.
En medio de murmullos, silencios, y expresiones de timidez, las religiosas que integran el coro de la Orden Carmelita de Quito iniciaron un taller especial para enriquecer sus técnicas vocales. El taller fue dirigido por Luis Cardona, integrante del coro Cantoria Vivace de la Fundación Nacional de Canto Coral y productor musical independiente, y se efectuó en el Coro Bajo del monasterio, que es una capilla paralela al altar de la Iglesia del Carmen Alto, la cual no tiene acceso al público.
El taller se realizó como parte de las actividades educativas promovidas por el Museo, en favor de la comunidad carmelita. |
El silencio habitual que
existe al interior de los claustros se entrecortó con el intenso sonido de una
campana, la cual ha sido usada durante generaciones por la madre priora para
convocar y reunir a las monjas. Mediante estas campanadas, las religiosas se
comunican dentro del monasterio sin romper el voto de silencio que es parte de
su vida contemplativa.
En el Coro Bajo, más de una
decena de sillas de madera se encontraban firmemente alineadas en dirección del
altar. Desde allí, las hermanas camelitas escucharon con atención las
indicaciones del instructor, quien expuso las bases conceptuales acerca del
canto coral y las invitó a realizar ejercicios de respiración y vocalización. Aquí
destacó el carisma de las hermanas, quienes participaron en medio de risas y
bromas.
El antiguo órgano del Coro
Bajo, que habitualmente suele ser entonado durante las alabanzas por la hermana
Paulina de Jesús, sirvió como instrumento para evaluar el registro vocal de las
monjas. Algunas de ellas demostraron gran versatilidad en sus voces, llegando a
alcanzar hasta ocho notas.
El Coro Bajo funciona como una capilla paralela a la Iglesia, a la cual el público no tiene acceso. |
La Madre Priora del
Monasterio, Verónica de la Santa Faz, comentó que el canto coral es una
tradición muy antigua en el Carmen Alto. Sin embargo, debido a que las hermanas
se trasladan ocasionalmente hacia otros conventos, se dificulta tener continuidad en
la conformación del coro. Las hermanas carmelitas se propusieron abrir un espacio
entre sus labores cotidianas para destinarlo al estudio de la música y así enriquecer
sus celebraciones religiosas. De hecho, mencionó la priora, hacia algunos meses
se encontraron partituras de cánticos antiguos que les gustaría interpretar,
pues no existen grabaciones que den testimonio de su existencia.
Por su parte, Cardona,
quien realiza talleres abiertos para todo público en Machwave Estudios,
señaló que el canto es una forma de vida. “Es mi pasión, un pretexto para
alejarse de lo cotidiano y de sentirse vivo; y haber tenido la oportunidad de
trabajar con las hermanas carmelitas descalzas ha sido una experiencia
increíble”, comentó.
Un
poco de historia…
En el pasado, únicamente
las carmelitas profesas, es decir, quienes habían recibido el velo negro,
podían formar parte del coro. En la época de la colonia, el conocimiento
musical era muy valorado. Las mujeres que deseaban ingresar al monasterio podían
exonerarse del pago de la dote si demostraban tener aptitudes para la música.
Dentro del monasterio, la
comunidad carmelita apoyaba a la monja que demostrase aptitudes destacadas, facilitándole el acceso a lecciones avanzadas de música. Las maestras o maestros ingresaban de
manera excepcional al monasterio y, además, educaban a las religiosas en la
interpretación de instrumentos.
Imagen de las grabaciones realizadas por el personal del Museo del Carmen Alto, como parte de los trabajos previos a la apertura del espacio expositivo. |
Las integrantes del coro
debían aprender latín pues todos los cantos eucarísticos se entonaban en dicha
lengua. No obstante, en la actualidad son más frecuentes los cantos en español.
Como parte de los trabajos previos a la apertura del Museo del Carmen Alto, que está ubicado en la calle García Moreno y Rocafuerte de Quito, se realizaron grabaciones del coro carmelita, con el fin de enriquecer los contenidos de la exposición permanente en torno a la vida cotidiana del Monasterio.
Para conocer más sobre el coro carmelita y el trabajo del Museo del Carmen Alto, sugerimos visitar el siguiente enlace: http://goo.gl/Gdfr6K
Para conocer más sobre el coro carmelita y el trabajo del Museo del Carmen Alto, sugerimos visitar el siguiente enlace: http://goo.gl/Gdfr6K
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