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jueves, 31 de julio de 2014

LAS CUSTODIAS DEL CARMEN ALTO

Por: Omar Andrango
Comunicador Social

Las custodias son objetos especiales en los rituales eucarísticos católicos, puesto que están destinadas a albergar el cuerpo de Cristo. En esta edición de "Imágenes del Monasterio", te presentamos algunos de los secretos ocultos tras estas reliquias que, desde los siglos XVII y XVIII, han sido parte del primer monasterio carmelita de Quito. Las custodias del Carmen Alto evidencian la devoción, el trabajo y el talento destinados a la glorificación.

Un primer plano de la custodia procesional del Carmen Alto


Este objeto fue elaborado en el siglo XVIII. Su forma de sol resplandeciente representa a la divinidad. En el centro se encuentra el "pixis" o viril, que es el espacio destinado a albergar el cuerpo de Cristo.


La base de la custodia representa al monte Carmelo (Israel) que es el lugar donde surgió la orden carmelita. Los surcos representan los caminos espirituales que los y las carmelitas deben seguir para alcanzar la perfección espiritual.


Esta figura femenina, ubicada en la parte central de la custodia, representa al alma humana que ha logrado recorrer los caminos espirituales necesarios para llegar a la cima del Carmelo. Por este motivo abraza a una palma, que representa al árbol de la vida; y sostiene una cruz como símbolo de la fe en Cristo. 


En esta imagen se aprecia la figura del Padre Dios y bajo él, la paloma que representa al espíritu santo. El corazón en la parte inferior, representa a Cristo. Se piensa que la elaboración de esta custodia debió ser asesorada por un teólogo, debido al discurso que plantea en sus símbolos, sobre la filosofía carmelita.


La cruz está ubicada en la cúspide de la custodia, y representa a la Pasión de Cristo. La elaboración de las custodias se realizó siempre en materiales nobles, debido a que estaban destinadas a contener aquello que, en el imaginario cristiano, es la presencia misma de Cristo. 


Estos objetos pendientes son frutos de la palma y representan la fertilidad espiritual. Las custodias eran elaboradas por artesanos locales. En el caso de esta custodia, se atribuye su autoría a Sebastián Vinueza, uno de los más connotados orfebres de la época. Él fue el artífice de la desaparecida custodia de Riobamba y, según las investigaciones, su hija María Luisa del Santísimo Sacramento, profesó como monja en el Monasterio del Carmen Alto, durante el siglo XVIII.


Esta es la custodia portátil del Carmen Alto, que data del siglo XVII. sus dimensiones son menores a las de la custodia procesional, con el fin de que el sacerdote pueda llevarla en sus manos.


Históricamente, las custodias comenzaron a ser elaboradas desde el siglo XII, cuando se instauró la fiesta del Corpus Christi, destinada a exaltar el cuerpo de Cristo, plasmado en la ostia. Esta celebración se realiza cada año en el mes de junio. 


Durante siglos estas piezas estaban destinadas al uso interno en el Monasterio, durante las celebraciones religiosas, por lo cual, es la primera vez que son exhibidas al público en el contexto de una exposición en un museo. 


Debido a la gran cantidad de detalles y, eventualmente, a la ausencia de los materiales nobles necesarios, la elaboración de las custodias podía tardar años. 

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