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lunes, 8 de septiembre de 2014

LA DORMICIÓN DE LA VIRGEN: DETRÁS DEL CRISTAL

Por: Omar Andrango
Comunicador Social

El grupo de esculturas conocido como la Dormición o el Tránsito de la Virgen, permaneció oculto por más de dos siglos dentro del Monasterio del Carmen Alto. La escena se basa en un relato apócrifo de la Biblia acerca del desenlace terrenal de la madre Cristo. Actualmente, este conjunto forma parte de la exposición permanente del Museo del Carmen Alto para deleite del público nacional e internacional.

Cédula informativa del Museo del Carmen Alto que explica
la distribución de las esculturas en la sala.

La escena está compuesta por 17 figuras, que representan a la Virgen María, dos ángeles y María Cleofás y María Salomé. También se encuentran todos los apóstoles excepto Judas Iscariote, quien es recordado por la traición que derivó en la crucifixión de Jesucristo.

Sobre la cama se encuentra un cuadro de la Asunción de la Virgen,
de autor anónimo, que data del siglo XVII.
Según las investigaciones, el conjunto fue tallado en madera por autores anónimos, durante el siglo XVIII, a pedido de la Cofradía de la Virgen del Tránsito. El origen de esta cofradía fue laico, y sucedió durante un periodo en que la devoción a la Asunción de la Virgen María estaba muy difundido. Las figuras fueron el centro de una gran celebración religiosa que tomó impulso desde el año 1781. Sin embargo, se desconoce cuál fue el costo de su elaboración. Las obligaciones de los miembros de la Cofradía de la Virgen del Tránsito, se centraban en el culto a la Virgen y en la difusión y sostenimiento de la fiesta en su honor, a diferencia de otras cofradías que también se dedicaban a actividades altruistas.

En la parte superior se pueden apreciar las luces
que generan las atmósferas en la sala.
En la sala del museo donde actualmente reposan estas figuras, se instaló un sistema automático de iluminación con el fin de crear variaciones en la atmósfera. De esta manera se intenta evocar la fastuosidad de la celebración que, en el pasado, se realizaba en torno a estas imágenes. Dicha celebración, durante el siglo XVIII, inició como una novena aunque posteriormente se convirtió en un quincenario con una fiesta que se realizaba cada mes de agosto. El escenario, al principio, era el presbiterio de la Iglesia del Carmen Alto, pero más tarde se trasladó a la capilla de San Ildefonso de la Catedral. Allí se las exhibía durante dos semanas, junto a otros diez ángeles que ya no forman parte del conjunto, en medio de una escenografía teatral. La imagen de la Virgen se colocaba en el centro de todo.

La figura del apóstol Simón tiene
lágrimas oscuras.
Las vestimentas muestran policromías
elaboradas con pincel.
Las figuras están elaboradas en escala de 3/4, es decir, casi de tamaño natural, y destacan por su expresividad. Esto evidencia la gran técnica de los artesanos que las elaboraron. Los rostros y las posturas de los personajes que rodean a la virgen expresan piedad, tristeza y actitud de oración.

La cama muestra tallados dorados
con fondo carmesí.
Las columnas de la cama están hechas
para soportar cirios.

Los acabados del espaldar de la cama en que reposa la Virgen.
La cama en la que reposa la escultura de la Virgen María tiene varios elaborados a mano. En el fondo se aprecian marcos y espejos que contienen imágenes religiosas. Los tallados de la cabecera y el pie de la cama, como se puede apreciar en las imágenes, tienen una temática de rocalla, es decir, motivos decorativos disimétricos.

El relato de la Asunción de la Virgen María

El conjunto escultórico representa el relato, no reconocido oficialmente por la Iglesia Católica, sobre la Asunción de la Virgen María. Según este relato, la madre de Cristo nunca murió, sino que cayó en un profundo sueño y posteriormente se convirtió en la única persona, además de Jesús, en llegar al cielo en cuerpo y espíritu. 
Los apóstoles, que se encontraban predicando en tierras lejanas,
llegaron junto a la Virgen por acción divina.
La historia señala que, estando la virgen en sus últimos momentos terrenales, solicitó como última voluntad la presencia de los apóstoles, quienes se encontraban en tierras lejanas predicando según el mandato de Jesucristo. El deseo de la Virgen fue concedido y los discípulos fueron avisados de la última voluntad por un grupo de ángeles, quienes los transportaron envueltos en nubes junto al lecho de la madre de Jesús.  

La Virgen sostiene en sus manos
una rama de palma.
Es la única imagen de vestir y con
goznes en las articulaciones. 








Tres días antes del final de su vida, en Palestina, la Virgen fue visitada por un ángel que le informó sobre el final de su vida en la Tierra y le entregó una palma, que es el símbolo de los muertos. Esta rama le serviría de protección contra las amenazas de las tinieblas, que la acechaban en su agonía. Dicha palma está representada en la escultura de la Virgen, que la sostiene con sus manos a la altura del abdomen.

Junto al lecho de la virgen se encuentran sus
amigas María Salomé y María Cleofás.

El primer apóstol en llegar junto a la Virgen fue San Juan. A él le fue entregada la palma. Posteriormente la Virgen dejó el mundo terrenal. No obstante, el relato sostiene que no murió, sino que cayó en un sueño profundo. Posteriormente ocurrió la Asunción, es decir, la llegada en cuerpo y espíritu de la Virgen a los cielos, con asistencia divina. 

El culto a la Virgen del Tránsito se inició en
el Carmen Alto entre 1760 y 1762.
Los ojos de la escultura no
están completamentecerrados.



Este artículo toma como referencia el trabajo del Doctor Jorge Moreno Egas denominado "La dormición de la Virgen del convento del Carmen Alto de Quito: apuntes sobre su historia" y los testimonios de Myriam Navas, investigadora del Museo del Carmen Alto.

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